El contacto personal, sinónimo de confianza en el ámbito empresarial

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Parece que la crisis económica ha pasado y que el número de empresas tanto en España como en Europa está empezando a crecer otra vez. Es la noticia que estábamos esperando desde hace mucho tiempo, porque de la mejora de estas cifras depende el aumento del número de puestos de trabajo y la calidad de vida de todos los integrantes de esta sociedad. Hemos pasado casi una década de penurias y parece que ya hemos alcanzado el punto de inflexión necesario para revertir la dinámica y comenzar a soñar con una vida mejor. Al fin.

Vivimos en un momento que se caracteriza por la globalización. Esto ha sido elemental a la hora de que exista cada vez un mayor número de empresas y un mayor número de puestos de trabajo. Ahora son necesarias un montón de labores que antes no existían, labores que necesitan de alguien que las desarrolle, las implemente y que extraiga conclusiones de ellas. Esto puede generar un montón de efectos positivos a una sociedad que corría el riesgo de quedarse anquilosada en el siglo pasado.

España ha salido de la crisis gracias a la creación de nuevas entidades en muchas de sus regiones y provincias. Una de las que ha encabezado ese ránking ha sido, sin ninguna duda, Cataluña, que según un artículo publicado en el diario La Vanguardia en el mes de julio del año pasado, fue la comunidad que más empresas tenía en ese momento en todo el país, según había publicado previamente el Instituto Nacional de Estadística. Una buena prueba de la importancia que tiene la comunidad autónoma catalana dentro del organigrama económico español. Una importancia que es soberbia.

Cataluña sería menos importante de no contar con una ciudad como lo es Barcelona, que forma parte de la creme de la creme europea en materia empresarial y emprendedora. Tanto es así que, de acuerdo con un artículo publicado en el diario La Vanguardia, Barcelona es la tercera ciudad europea en lo que se refiere a las preferencias para montar una start-up, otra de las pruebas que hacen de la Ciudad Condal una verdadera referencia a nivel empresarial dentro de nuestro país y también dentro del Viejo Continente. Algo que no está al alcance de todas las ciudades.

La consecuencia de que Barcelona sea una ciudad de referencia en materia empresarial se nota en la cantidad de reuniones de ejecutivos y empresarios que se desarrollan a lo largo y ancho de la ciudad al cabo del año. En los últimos años, ha crecido este número y el número de alquileres y salas de reuniones dentro de la ciudad, según ha indicado BCN Doc, una de las entidades que más documentación maneja acerca del sector dentro del área metropolitana de Barcelona.

Una necesidad del pasado, del presente y del futuro

Sería una completa estupidez poner en entredicho el valor de un elemento como Internet para la sociedad actual. Está fuera de toda duda. Pero lo que tampoco se puede negar es el valor que tiene el trato personal y directo que se está perdiendo como consecuencia de la aparición de nuevas formas de comunicación a distancia, como lo puede ser Skype, por poner un ejemplo. Hoy en día, seguir manteniendo ese contacto directo y reuniones presenciales con los diferentes departamentos de una empresa, con clientes, con proveedores y con socios es tan elemental como lo ha sido siempre.

Es en ese tipo de situaciones donde se genera la confianza. A pesar de los avances que se han producido gracias a las nuevas tecnologías, que no son precisamente pocos, las relaciones humanas siguen necesitando implementación y una apuesta firme desde las empresas. Sin contacto no hay confianza y sin confianza no hay negocio. De eso, a día de hoy, quedan muy pocas o ninguna duda.

En Barcelona queda claro que están apostando por este tipo de relación personal y presencial. Y los resultados que están presentando las compañías que operan en la Ciudad Condal son muy buenos. ¿Por qué no seguir el ejemplo que vienen marcando? La verdad es que puede ser una muy buena solución para terminar de conseguir la rentabilidad y el beneficio que se espera de todas nuestras empresas. Pensadlo. ¿Por qué no? La combinación entre las nuevas tecnologías y las viejas tradiciones puede dar lugar a resultados mucho más positivos de lo que todos nos esperamos.