Google Translate es la herramienta TAO (Traducción Asistida por Ordenador) gratuita más conocida del mundo. Pero aunque es muy útil para saber la traducción de alguna nueva palabra, no todo lo que brilla es oro. Y es que a pesar de que en este siglo las máquinas le están ganando terreno al hombre, al menos en el campo de la traducción de documentos (en especial, si son importantes) sigue siendo una mejor opción contratar a un profesional en vez de usar este programa.
El equipo cualificado en traducciones generales y jurídicas de La Vila Traducciones nos explica por qué:
Lo barato sale caro
Si es verdad que es una realidad que no todas las organizaciones disponen del presupuesto necesario para abrir nuevas instalaciones en otro país o exportar mercancías y además traducir los textos, presentaciones o ponerles subtítulos a los vídeos corporativos que necesitará para dar a conocer su marca en un destino con un leguaje diferente.
Pero ya que seguramente vas a hacer una inversión importante para poder conseguir que tus productos o servicios se vendan en otros territorios diferentes del tuyo, como por ejemplo, gastos en logística, packaging, material publicitario tanto online como offline, visitas a clientes, etc., también se vería invertir en adecuar el material al nuevo idioma de forma correcta.
Es una buena decisión invertir un poco más en una traducción profesional y correcta de tus manuales de uso, fichas de productos, en la traducción de los contenidos de tu web, de tus campañas publicitarias, etc., para evitar traducciones fuera de contexto o con errores.
Por ejemplo, numerosos periódicos de nuestro país se hicieron eco de la desastrosa traducción de la página web que el ayuntamiento de Santander presentó en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) de Madrid, un caso muy sonado que ninguna otra empresa quisiera repetir.
Sucede que en todas las versiones a idiomas extranjeros se podían encontrar graves errores de traducción. Uno de los errores más insólitos fue el Centro Botín, traducido como Loot Centre, literalmente “Centro de robo” o “Centro de saqueo”. Lo cual es seguro no es muy atractivo para los turistas extranjeros que accedían a la página.
Dicho ejemplo ilustra perfectamente el dicho popular “lo barato sale caro”, con una traducción que en vez de promocionar un centro de diseño y arquitectura puntero, lo que hizo fue dañar la imagen del lugar a nivel internacional.
Esto porque aunque Google Translate u otras herramientas parecidas pueden funcionar muy bien, siguen siendo maquinas; carecen de creatividad y de entendimiento en lo que a expresiones idiomáticas, dobles sentidos o juegos de palabras se refiere, e incluso les falta nivel para entender contextos o historia, lo cual no funciona nada bien, por ejemplo en la industria del cine y la televisión.
En definitiva, si le das importancia a la calidad de servicio, al valor añadido para tu negocio y a la profesionalidad, contratar los servicios de unos traductores profesionales es tu mejor opción.
Las limitaciones de las máquinas
Por supuesto, cuando queremos traducir algún documento que no está escrito en nuestra lengua materna, nos enfrentamos a un gran reto, por eso muchas personas, conscientes del trabajo que hay que realizar, deciden contar con los servicios de un traductor experto.
Sin embargo, muchos otros optan por la utilización de un traductor en línea, que si eres una persona práctica, lo más probable es que utilices el traductor por excelencia: Google Translate. Por eso, este traductor ha adquirido cierta relevancia en los últimos tiempos y es utilizado por alrededor de 200.000 personas, entre ellos, científicos y estudiantes.
El problema lo encontramos cuando los intelectuales quieren redactar documentos oficiales con ayuda del traductor de Google. Ya que aquí entra en juego su mayor enemigo: el contexto. Un traductor automático, es decir una máquina, no tiene la capacidad de entender el momento en el que se desarrolla el texto, el entorno implícito y el objetivo con el que las personas escriben los documentos. Por lo que pones en riesgo la mera intención del escrito.
Si es verdad no debemos menospreciar todos los esfuerzos que está haciendo la empresa de Silicon Valley para cambiar esa imagen que se tiene hacia una de sus herramientas más populares. Por ejemplo en el 2014, pusieron en marcha un nuevo algoritmo basado en el llamado ‘aprendizaje profundo’ que cuenta con un enfoque estadístico y no gramatical. En otras palabras, se encarga de analizar enormes cantidades de texto y busca aquellos patrones que se relacionen con palabras o frases. No debemos olvidar que sigue siendo una máquina y carece del componente de análisis humano. No puede saber gramática, ni historia, ni literatura, además que es demasiado literal.
Por tanto, debemos intentar contar con la ayuda de un experto, para que nuestro texto se acerque lo máximo posible a la lengua que vamos a traducir, prestando especial atención sobre todo si se trata de documentos jurados, ya que como dicen los italianos ‘Traduttore, tradittore’ (traductor, traidor).
Las ventajas de contratar a un traductor
- Contar con la asesoría de un profesional
Es importante poner cara a la persona que se va a ocupar de traducir textos que, probablemente, sean muy importantes para ti porque te van a permitir hacer negocios en el extranjero, firmar contratos con socios extranjeros y homologar tus títulos en universidades de otros países, entre muchas otras.
- Memorias de traducción
Aunque es un hecho que estamos de cara a la revolución de la traducción: Google Translator Toolkit, una herramienta de traducción asistida con una memoria de traducción, esto es útil, más bien, para los traductores profesionales, ya que pueden apelar a terminología que les servirá para proyectos similares y para la creación de glosarios.
De hecho, Google crea estas memorias justamente con la ayuda de todos sus usuarios. Todos aportamos nuestro granito de arena para crear un mundo mejor en el campo de la traducción. Lo malo es que no vivimos en un mundo perfecto donde todas las personas son buenas y profesionales en su paso por la Internet. Así que cuando al mismo tiempo podemos tener la suerte de recuperar frases del mejor traductor de inglés británico del Planeta Tierra, también podemos toparnos con esa misma frase que tradujo cualquier señora de un pueblo porque quería hablar con su vecina que tiene un hijo viviendo en Londres. Y al Google ser una maquina no hace la selección de calidad, que si hace un traductor.
- Rapidez
A pesar de que Google es el gran gigante de Internet porque tiene de todo, en el tema de las traducciones es un poco vago y no puede hacer más de una cosa a la vez.
Todo irá bien mientras le des la tarea de traducir una frasecita y a un único idioma, por el contrario, prepárate a perder toda una tarde en tareas más complejas.
Esto porque Google Translate solamente puede traducir un proyecto a un idioma. Por tanto, si; por ejemplo, quieres traducir el texto de tu página Web a cuatro idiomas, tendrás que crear cuatro proyectos diferentes.
Esto no te ocurriría con un traductor de carne y hueso, puesto que los traductores de portugués, italiano e inglés pueden trabajar al mismo tiempo y, además, tú no te tienes que preocupar por nada.
- Calidad
Google no es un cualquiera, habla muy bien y con mucha propiedad. No le gustan las expresiones ni el argot, por eso, tampoco sabe traducirlo.
Además, tampoco es un ingeniero, ni un abogado, ni un médico, así que le cuesta reformular las frases en el idioma meta y tiene algunas dificultades con la terminología específica. En cambio, aunque si es verdad que un traductor humano profesional tampoco es ingeniero ni médico, estos siempre buscan especializarse en un sector, o incluso en varios, se documentan bien, investigan términos y conceptos, crean sus propios glosarios y se hacen una experiencia en el campo que les permite escoger los términos indicados. De hecho, esto es una parte imprescindible en el trabajo de un traductor, así como utilizar las fuentes de información correctas.
- Revisión
Si es verdad que por mucho que todo el mundo te haya hablado maravillas de esta herramienta de traducción, tu no te vas a fiar con los ojos cerrados y vas a releer la traducción. Así, pensarás que cualquier error que haya cometido el programa, lo encontrarás y solucionarás. No necesitas un traductor. Pero es que esto no es así de fácil.
Para comenzar, si tu proyecto es muy largo, deberás buscar un momento de paz y tranquilidad para sentarte a leer y disfrutar. Cuando encuentres fallos o cosas que no te suenen muy bien, los tendrás que cambiar. La cosa es que para confirmar que en efecto hay un error, deberás contrastar la traducción con el texto original en ¡ruso o chino!
En definitiva, Google Translate es una buena herramienta para cosas puntuales, pero nunca comparable a un traductor humano. Un traductor se encarga de todo: traducción, revisión, corrección y entrega final. No te pide que le ayudes en nada, ni que le digas cómo mejorar su trabajo.