Las empresas del mundo globalizado son perfectamente conscientes de que, hoy en día, la competencia en cualquier tipo de mercado no solo se mide por todo lo que tiene que ver con el precio de un producto o servicio, sino también por la rapidez con la que se puede entregar o ejecutar el mismo. En otros términos, podríamos decir que el tiempo vale lo mismo o incluso más que el dinero en la sociedad en la que nos movemos. Y tenemos que empezar a tener en cuenta este nuevo factor para que las empresas de nuestra competencia no nos pasen por encima.
En este artículo vamos a referirnos a uno de los sectores que seguro que tiene más en cuenta un aspecto como del que acabamos de hablar. Nos referimos al sector de la reparación de vehículos, que siempre es muy importante y que es nuestro ángel de la guarda cuando tenemos cualquier tipo de problema con nuestro coche, moto, furgoneta… Sus trabajadores saben mejor que nadie la urgencia que tienen los clientes por recuperar su vehículo en perfectas condiciones y trabajan a contrarreloj para conseguir que así sea, garantizando con ello la buena imagen de su taller.
Pero, ¿cuánto tiempo puede pasar un coche en el taller? Hacer una media resulta una tarea complicada porque, al año, hay más visitas totales a un taller que vehículos circulando por nuestras calles y plazas. No existe un máximo de tiempo previsto por la Ley, pero la Asociación de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios establece que las reparaciones en garantía deben hacerse en un máximo de 20 días hábiles desde la entrega del vehículo en el punto en el que se supone que ha de ser reparado.
Investigando un poco más a fondo este tema, nos damos cuenta de que las cosas no siempre son como parecen. Según una noticia que fue publicada en el portal web Autofácil, cuanto más viejo es un vehículo, menos pasamos por el taller con él. Se trata de un dato que nos sorprende puesto que la lógica invita a pensar en justamente lo contrario. La verdad es que, a medida que nuestro vehículo va cumpliendo años, empezamos a dejar de valorarlo y buscamos alguna otra alternativa en forma de vehículos más nuevos y potentes, lo que nos hace descuidar los que ya tenemos. Esa es la única explicación que encontramos al respecto.
Los talleres de vehículos saben perfectamente que, en una sociedad como en la que vivimos, en la que todo gira y cambia de una manera tremendamente rápida, el tiempo es oro. Por eso son conscientes de que, además del precio, lo que más valoran sus clientes es que el plazo de tiempo transcurrido desde que se deposita el vehículo hasta que se recoge con la reparación finiquitada sea lo más pequeño posible. Es así como nos lo han confirmado los profesionales de Talleres Paiz – BMW, que se encuentran especializados en esta marca de vehículos.
Cuando la espera genera molestias
Tener un vehículo de sustitución es un servicio que es necesario en muchos casos pero que resulta incómodo para todas esas personas que lo conducen. No hay nada como conducir el vehículo al que estamos acostumbrados. Nos sentimos peor conduciendo un aparato que desconocemos y lo único que nos importa es que nuestro coche, moto o furgoneta sea reparado con la máxima celeridad posible. Cualquier cosa que no sea eso lo calificamos como una molestia y nos puede llevar a dejar de confiar en el taller al que solemos acudir de manera habitual.
Este tipo de cosas son conocidas por todos los profesionales del mundo de la reparación de vehículos y precisamente por eso son conscientes de la valía que tiene el tiempo en un caso como este, teniendo en cuenta también, como no podía ser de otra manera, que realizar un servicio que sea eficaz y que finiquite todos y cada uno de los problemas que tenga el vehículo es igual de importante para ganar o mantener la confianza del cliente. Es de manual tener todo esto en cuenta si nos dedicamos a una labor como de la que venimos hablando a lo largo de todo este artículo.
Nos encontramos en un momento en el que casi nada vale más que nuestro tiempo. Pasamos demasiadas horas fuera de casa a causa del trabajo al que nos dedicamos y si a eso añadimos que no podemos utilizar nuestro coche (teniendo que depender, de este modo, del transporte público o de alguien externo) o que nos sentimos incómodos con un coche de sustitución, lo cierto es que las molestias podrían sobrepasarnos. Los talleres lo saben y por eso son conscientes de que su mayor enemigo en los momentos en los que estamos es el simple correr de las horas.