Hace unos meses entró en vigor el nuevo Real Decreto 563/2017 que regula las Inspecciones Técnicas de Vehículos Comerciales por carretera, se prevé que los controles rutinarios efectuados por la DGT a camiones y vehículos profesionales aumenten. La nueva normativa de determina la sujeción de las cargas y su propensión al deslizamiento o el vuelco durante el transporte.
La nueva normativa ya adelanta que habrá métodos de sujeción de la carga tradicionales que ya no sirvan. Ahora más que nunca, uno de los principales puntos de actuación son la medición del deslizamiento y la estabilidad de las cargas en el camión. Por eso hay que estar muy atentos a los embalajes.
Se tendrá muy en cuenta el embalaje en el cálculo de la sujeción. El embalaje utilizado se ha comprobado que puede afectar y puede ser motivo de sanción. Por ello, la colaboración del cargador y de la empresa que envía el producto será fundamental para evitar dichas sanciones. Ahora mismo empresa de transporte y de embalaje tienen que estar en contacto.
La empresa que realiza el envío tendrá un papel muy importante mediante. El embalaje a utilizar deberá poseer una suficiente resistencia al deslizamiento, y ser lo suficientemente resistente como para evitar roturas. Durante los últimos años, y debido a un deseo de disminuir costes, las empresas han ido reduciendo el embalaje secundario y su resistencia. Afortunadamente en la actualidad, por temor a incumplir la normativa y tras percatarse las empresas del coste derivado del vuelco de palets de mercancías, se ha visto modificado.
Por este motivo, hay que ponerse en manos de empresas profesionales del embalaje y que cumplan todas las normativas. Aunque es cierto que un embalaje entran más empresas. Desde Empacke recomiendan contratar también a una empresa de packacking para lograr mejores resultados. “Hay que lograr que el producto brille con luz propia en el lineal del supermercado, de la tienda especializada o en el escaparate de internet”, aseguran.
Peligroso
En el sector del embalaje también tiene importancia si se transportan peligrosas. Para mercancías peligrosas es todo aquel que tiene por propósito contener cualquier producto -sólido, líquido o pulverulento- susceptible de causar daños en los bienes materiales cercanos, las personas o el medio ambiente con el que se relacionan.
Las mercancías peligrosas pueden presentarse en forma de materias primas, es decir, habiendo sido extraídas directamente desde un punto con la intención de ser procesadas posteriormente en el lugar de destino. También pueden presentarse en forma de productos finales, en cuyo caso, deberán transportarse desde el lugar de fabricación hasta el punto de venta; esto ocurre con las baterías de litio, o líquidos inflamables -como el combustible- entre otros.
Puede ser clasificado como embalaje homologado para el transporte de mercancías peligrosas aquel configurado a partir de cartón, plástico o metal, siempre y cuando cumplan con los certificados de las pruebas que garanticen su resistencia y seguridad. Además, estos podrán combinarse con sistemas de embalaje primario para la protección de los productos y deberán ir correctamente etiquetados en su exterior.
Cambio de normativa en Alemania
Por otro lado, también hay que presentar atención al cambio de normativa que se ha vivido en Alemania. Y es que los exportadores españoles están obligados a adaptarse a la nueva Ley alemana de envases, dado que ésta prohíbe la venta en Alemania de productos, cuyos envases y embalajes no estén correctamente registrados en enero 2019. La nueva Ley alemana de Envases (VerpackG) fue publicada en julio de 2017, aunque sus normas no han entrado en vigor hasta este año.
La principal novedad es la obligación de inscribirse en el nuevo Registro Central de Envases (Zentrale Stelle Verpackungsregister). Es decir, las declaraciones periódicas deberán presentarse tanto a este Registro Central como a un sistema dual de recogida y tratamiento de envases.
Es cierto que durante estos años atrás, las empresas españolas han ignorado la obligación de declarar sus envases. Esto deja de ser una opción, ya que la supervisión y el control se realizarán de manera centralizada y, a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, además de las sanciones se prohibirá vender en Alemania los productos que no cumplan la normativa.