La sociedad cambia a un ritmo tan acelerado que la formación que se recibe cuando se es joven puede no servir en el momento en el que nos convertimos en adultos y empezamos a buscarnos la manera de ganarnos la vida por nuestros propios medios. Aunque no puede decirse que la formación que recibimos sobre (por supuesto que ninguna formación sobra) sí que es cierto que tenemos que adaptarla a las necesidades de la sociedad en el futuro y no tanto a las necesidades del hoy.
El porqué es evidente. Si a los veinteañeros de hoy se les hubiese comenzado a hablar de Internet y el mundo virtual cuando estaban en primaria, probablemente hoy tuvieran el doble de conocimientos de los disponen acerca de la materia, lo cual se hubiese traducido, a buen seguro, en el desarrollo de aplicaciones de todo tipo y en la mejora del uso de la red por parte de los demás usuarios. Pero no ha sido así. Tenemos, por tanto, que conformarnos con lo que hay, que tampoco está tan mal, todo sea dicho.
Es importante que ese tipo de formación ‘a futuro’ comience a implantarse en España. Es evidente que ello conlleva una inversión y que será necesario adquirir material especializado y profesionales del más alto nivel. Pero los réditos son más que positivos. Teniendo en cuenta la importancia que tiene, por ejemplo, para un emprendedor el estar bien formado (véase este artículo publicado en la página web de Emprende Rioja), imaginaos qué importancia tendría que ese futuro y posible emprendedor supiera desde muy joven cuáles van a ser las tendencias del mercado en unos años. Sería absolutamente definitorio para su carrera profesional.
Anticiparse es clave en el mundo globalizado en el que vivimos y resulta de especial utilidad cuando hablamos de formación de nuestros jóvenes. Los niños y los adolescentes tienen que ser conscientes del mundo en el que viven cuanto antes y tienen que ir descubriendo de manera progresiva cuáles son los retos del futuro más inmediato de este mundo globalizado para conseguir adaptarse a él lo antes posible. Es una opinión de los profesionales de Formatic Barcelona, una de las entidades dedicadas a la formación de las nuevas generaciones en la Ciudad Condal.
Lo cierto es que este tipo de formación es posible cada vez en mayor medida dadas las mayores posibilidades que tiene en este momento el ser humano para identificar hábitos de consumo de las personas, estilos de vida y tendencias en el mercado. A medida que se vayan desarrollando patrones para identificar con más exactitud estas cuestiones, tendremos la capacidad de ir mostrándoselos a nuestros jóvenes para que los conozcan, los desarrollen y los mejoren.
El e-learning, una prueba del avance en la formación de los jóvenes
Muchas son las manifestaciones de los avances que se han producido en los últimos años en lo relativo al conocimiento del mundo globalizado por parte de los alumnos más jóvenes. Una de esas manifestaciones no es otra que la compuesta por las diferentes plataformas e-learning que ya están disponibles en buena parte de las universidades públicas y privadas de nuestro país y que permiten al alumno estar en permanente contacto con el mundo que les rodea además de aprovechar las ventajas que ofrece Internet para realizar un trabajo cómodo.
Precisamente estas plataformas e-learning están concebidas a día de hoy como una de las más efectivas a la hora de educar a nuestros jóvenes. Así se desprende de un artículo publicado por el diario El Mundo a finales del mes de septiembre del año pasado y que manifiesta que este modo de aprendizaje cuenta con cada vez más adeptos en el interior de nuestras fronteras. Las causas de este apoyo están claras: el sistema ofrece una educación más cómoda, un seguimiento individual más personalizado y una mayor relación con las nuevas tecnologías, claves en el desarrollo de la sociedad global actual.
El futuro que se le presenta a nuestros jóvenes es apasionante. Es cierto que es muy difícil saber qué es lo que va a pasar de aquí a dentro de una década, por ejemplo. Pero la verdad es que se pueden ir anticipando cosas. De esas anticipaciones depende el conocimiento que nuestros jóvenes puedan adquirir de según qué materias. Y de ese conocimiento depende nuestro futuro, el de ellos y el de todas las generaciones venideras.