Hoy en día todos conocemos la importancia de saber idiomas. Todo el mundo lo pregunta, es importante ponerlo en el currículum…Según Eikatrad, una de las profesiones que más salidas profesionales tiene actualmente es la de traductor, que equivale a idiomas, idiomas e idiomas. Vale, pero a ti te está costando. Y tranquilo, no eres el único. Se sabe que el aprendizaje de un segundo idioma es mucho más difícil para los adultos que para los niños, ya que nuestro cerebro no es tan flexible…Para aprender nos encontramos dos dificultades principales: la necesidad de nuestro cerebro de crear nuevos mapas cognitivos y el tiempo que debemos dedicarle de manera sostenida y constante.
El aprendizaje del lenguaje
Mientras que el aprendizaje de nuestra lengua materna se desarrolla de manera natural y espontánea a través del contacto con nuestros adultos de referencia, el aprendizaje de una segunda lengua implica la estructuración de un método para enseñar el código (el idioma) y una metodología que se adecue a las personas que van a formar parte del proceso.
Es cierto que desde épocas antiguas existe la necesidad de conocer otras lenguas, para poder establecer, sobre todo, relaciones comerciales. Hoy en día el motivo sigue siendo el mismo ya que las razones por las cuales se lleva a cabo el aprendizaje de un idioma extranjero en el caso de una persona adulta son principalmente las necesidades laborales, en su mayoría, culturales y de interés personal, un pequeño grupo.
Sabemos gracias a los estudios realizados en el campo de la neurociencia y de la psicología cognitiva por Piaget o Vigotsky, que nuestro cerebro está programado para aprender. Los niños activan esta capacidad al ser expuestos a su primera lengua y, al aprender una segunda en edad temprana, siguen el mismo modelo o patrón en lo que se refiere a la adquisición de vocabulario y construcciones complejas. En la primera infancia su necesidad de comunicación se ve satisfecha con la emisión de palabras; cometen errores, pero no son corregidos a menos que el mensaje sea ininteligible, y esas relaciones que se establecen a través del ensayo-error, van afianzando su aprendizaje.
Pero, ¿cómo aprendemos los adultos? Clases después del trabajo, estudiamos en el extranjero, aplicaciones, hablando con un compañero de trabajo extranjero, trabajando en el extranjero, haciendo un curso intensivo del idioma; hay muchas maneras de aprender una lengua. Como adultos lo que intentamos es acumular vocabulario, pero a menudo no sabemos cómo interactúan las piezas para formar un lenguaje gramaticalmente correcto. Y esto nos pasa porque una de las ventajas que presentan los adultos frente a los niños en el aprendizaje, es la memoria, la cual está más desarrollada. Y aunque se trata de un mecanismo de compensación, por no ser capaces de hacerlo con la misma naturalidad de que de niños, en este caso, nos juega una mala pasada. Sería más sencillo ir detrás del hablante nativo que nos está criando, pero ya se nos pasó el momento.
Las ventajas del estudiante adulto
Siendo realistas, y después de lo que venimos diciendo, hemos asumido que cuanto más joven para aprender mejor: a menos edad es más fácil conseguir un buen acento, los niños tienen muchísimo tiempo para aprender y por supuesto, mientras lo hacen no tienen miedo a equivocarse. Equivocarse, para ellos es una parte natural del proceso de aprendizaje y es lo que ayuda a los adultos que no se dejan llevar por el desánimo, a explorar nuevas áreas de una lengua con el fin de llegar a expresarse de manera más eficaz.
Sin embargo, no todo iban a ser desventajas. Lo principal ventaja que tenemos los adultos que queremos aprender es que tenemos la motivación para hacerlo. Ya sea la oportunidad de conseguir un mejor trabajo o un aumento de sueldo, viajar por el mundo o simplemente un hobby, una motivación clara hace que nos sea más fácil establecernos unas metas y llegar a ellas más rápido.
Otra ventaja es que podemos establecer una estrategia de aprendizaje eficaz. Con el paso de los años, nos vamos auto conociendo y después de mucho estudiar sabemos cuáles son los métodos que mejor funcionan con nosotros. Seguir esas estrategias nos ayudará a realizar un mejor aprendizaje.
Cuando nuestra intención es aprender inglés con un propósito específico, nos es más fácil aprender el otro idioma gracias a que ya tenemos un conocimiento previo de la materia, con lo cual lo único que tenemos que hacer es establecer las transferencias necesarias de una lengua a otra.
Pero por encima de todo se trata de intentar divertirse. Aunque nuestros cerebros ya no son tan flexibles como los de los niños, ¡sí que podemos ser tan curiosos como ellos! La inmersión y el juego son claves y, para los adultos, una forma excelente de abordar el aprendizaje es asistir a una clase en el idioma que se quiere aprender, por ejemplo una clase de cocina en inglés o, si es posible, hacer un programa de estudios en el extranjero que combine el aprendizaje del idioma con el turismo y la inmersión cultural.