Si es verdad que hoy en día casi todas las casas tienen cocinas de vitrocerámica, ya que es lo más moderno y se considera hasta lo práctico y cómodo, muchas casas aún siguen apostando por las cocinas de gas, las cuales se niegan a morir en el mercado.
Ambas ofrecen diferentes ventajas y ambas tienen sus limitaciones, además que ambas se sienten muy diferente cuando la factura mensual llega.
Para ayudarte a decidir cual es la mejor opción para tu hogar, hemos consultado a los expertos en electrodomésticos de Megahogar y les pedimos que nos ayudasen a hacer una comparativa entre estos dos tipos de cocina, sus características y su consumo. Sigue leyendo y entérate de todo lo que debes saber.
Cocina de gas
Comencemos por conocer lo que las cocinas de gas tienen para ofreceros. Así, entre sus atractivos encontramos:
- Tienen una gran capacidad para controlar el fuego de manera rápida y precisa
- Calientan a muy altas temperaturas cualquier tipo de recipiente
- Tienen un precio accesible
- Son el medio para cocinar más clásico
- La comida queda muy bien a fuego
No obstante, el lado negativo implica:
- Limpiar todos sus componentes suele ser una tarea muy engorrosa, no por el desmontaje de las piezas, sino porque estas acumulan mucha suciedad, principalmente grasa ennegrecida, chamuscada y pegada a todo. Sin embargo hay productos, e incluso mezclas que puedes preparar en casa y que de seguro te ayudarán a limpiarla hasta dejarla como nueva.
Vitrocerámica
Ahora pasamos a la opción de las vitrocerámicas, las cuales se han vuelto tan populares, principalmente, por que son la primera opción eléctrica en cocinas.
Con estas cocinas no necesitas de bombonas de gas, como en su opción contraparte, sino que solo basta con tener un enchufe cerca y conectar, así que se han comenzado a usar cada vez más, sobre todo en los pisos de construcción nueva, ya que no se necesita de pensar en la infraestructura y el espacio para hacer llegar el gas natural o las bombonas de butano.
El atractivo principal, sin embargo, es que son mucho más fáciles de limpiar que las cocinas de gas, ya que basta con pasar un trapo con un producto por la superficie y ¡listo! Y en caso de que algún residuo se haya quedado muy pegado a la vitro, sacudimos con la ayuda de una pequeña cuchilla que al pasar con mucho cuidado por al superficie nos permitirá despegar la suciedad.
Entonces, la desventaja aquí es que tarda más en preparar los alimentos . Por otro lado, se vende como una ventaja que se puede seguir aprovechando el calor residual que queda al apagar las hornillas, pero en verdad esto es más un inconveniente. Además, muchas veces no vemos bien los restos que se quedan pegados a la vitros y con el tiempo estas van deformando la cocina, y cuanto más se estropean, peor funcionan.
Inducción
También queremos presentarte una tercera opción que es buena de evaluar, la cocina por inducción. Se trata de una cocina que no funciona en base a una fuente de calor, siendo que, si, por ejemplo, ponemos en ella una sartén, es la sartén la que se calienta.
De esta forma, estas cocinan funcionan gracias a un potente electroimán (dentro de la placa) que emite un fuerte y alternante campo electromagnético. Este atraviesa el acero de la sartén, lo que provoca que se formen pequeñas corrientes eléctricas en su interior, que se disipan en forma de calor.
Entre las principales ventajas de este tipo de cocinas tan novedosas que están ganando tanta aceptación en el mercado están:
- Son muy rápidas. Es capaz de hervir un litro de agua en menos de la mitad de tiempo que una cocina de gas
- Son más fácil de limpiarque las vitrocerámicas, debido a que el imán no calienta por sí solo la placa de cristal.
- Por ese mismo motivo, nunca estará tan caliente como una vitro, por lo que nunca vamos a tener que despegar nada de ella.
- Es sencilla de limpiar, solo se necesita de una bayeta.
Quizá, su gran desventaja es que no son nada accesibles de precio. Y no solo esto, hacerlas funcionar también sale caro. Es decir, el precio de la luz ronda los 13 céntimos la hora, la cual sube a 15 céntimos si cocinamos con gas, y hasta 91 céntimos si usamos la opción de la inducción.
Cuestión de gustos
Mencionamos un aspecto muy importante a la hora de evaluar la cocina de gas y la vitrocerámica que es como se preparan los alimentos en las dos opciones.
Dijimos que las cocinas de gas son las más rápidas cocinando los alimentos, además de que puede calentar en cuestión de minutos cualquier material, sea: acero, cobre, hierro…, además que los alimentos se cocinan mucho mejor al fuego; y esto no pasa con la vitrocerámica.
De hecho, en cuanto a la preparación de alimentos, la competencia está entre las cocinas de gas y las de inducción, las vitrocerámicas ni si quiera logran dar la pelea.
Las cocinas de gas pueden tener alimentos completamente listos en 10 minutos, y si es verdad que después pierdes tiempo limpiando todo el aparataje, el sabor de los alimentos lo compensa. Por algo es que son las utilizadas todavía en las cocinas de restaurantes, hoteles y sitios destinados a la preparación de alimentos como servicio al cliente.
Estas permiten usar cualquier tipo de menaje y, además, abren la puerta a los más experimentados para usar técnicas espectaculares y peligrosas como (a propósito, claro) flambear.
Esto sucede porque las llamas que salen de las orinillas pueden calentar no solo la parte baja de las ollas utilizadas, sino que se distribuyen hacia los lados calentando todo el recipiente y permitiendo una mayor distribución del calor sobre los alimentos contenidos en ellos. Así, esto tiene gran relevancia, por ejemplo, si planeamos usar un “wok” que necesita calentarse entero.
Incluso, no está de más decir que los amantes de la cocina, sea a nivel profesional o por puro gusto personal, encontrarán un mayor romanticismo en preparar sus platillos en la llama.
Gas Natural o Electricidad en tu consumo ¿Cuál es mejor?
Este es el último aspecto a evaluar sobre los dos tipos de cocina, pero que no por eso no es importante. El gas natural y la electricidad se reflejan de formas muy diferente en nuestra factura de servicio mensual, pudiendo inclinar la balanza hacia una u otra opción.
Decir que alguna de las dos es la indicada sería muy difícil, pero si que podemos evaluar esto dependiendo de nuestro caso en particular, ya que dependiendo de nuestro tipo de consumo y del certificado energético de nuestra vivienda, si que puede ser mejor una opción que otra.
La decisión suele depender del tipo de vivienda (unifamiliar o piso), de la zona en la que esté, de las medidas de eficiencia energética que tenga implementadas, de su tamaño y del uso final que tenga (habitual o segunda residencia). Además, es importante conocer el certificado de consumo energético de nuestra vivienda.
Una vez se toman en cuenta todos estos aspectos, la diferencia en lo económico no suele ser demasiado grande. No obstante, si que las cocinas de gas suelen resaltar un poco más.
Megahogar, expertos en materia, nos comentan que la cocina a gas es más barata en su consumo, no sólo por el precio del gas, también porque permite calentar alimentos y cocinarlos más deprisa. Por otra parte, su instalación también es muy económica (eso sí, no más que la de la vitrocerámica por lo que le damos un punto allí).
Por su parte, la placa vitrocerámica es la más barata en su compra, pero la más cara para cocinar. Esto debido no solo a que utiliza el sistema más caro, la electricidad, sino porque consume mucho más tiempo a la hora de calentar y cocinar alimentos. De hecho, el coste medio de un año con respecto al gas puede ser superior a un 50%.
En caso tal de querer apostar por un sistema eléctrico más eficiente, están las ya mencionadas cocinas de inducción. Estas ya dijimos que son mucho más costosas a la hora de su instalación, pero se comportan más eficientes durante su uso ya que necesitan de mucho menos tiempo y consumo energético que las cocina de vitro para cumplir su función.
Así de media, una cocina de gas es la más barata, una de inducción supera en su coste alrededor del 20% y a su vez, la vitrocerámica lo hace un 30% más.
En fin que son muchas cosas que evaluar a la hora de comprar una cocina (o cualquier electrodoméstico de este estilo en si) ya que no solo se trata de las medidas, la calidad, la marca, las funcionalidades que ofrece y si encaja con nuestros gustos personales, sino que también hay que decidir en pro de optimizar nuestro consumo energético y nuestro pago en facturas de servicios. No obstante, vale la pena hacer la labor por disfrutar de una cocina de buen rendimiento y que nos proporcione ahorro.