Hay que conocer muy bien la sociedad, la economía y el funcionamiento general de la vida en un determinado territorio para poder prever si una idea de negocio va a resultar exitosa o no. Es verdad que nadie tiene la capacidad de anticipar el futuro y que luego, la vida pone en nuestro camino imprevistos con los que nadie contaba y que “modifican” las previsiones, pero sí que podemos descubrir si una idea de negocio es más idónea ahora que hace unos años o si es mejor esperar para implementarla. Hay datos que nos lo dicen y que hay que saber leer.
Teniendo en cuenta el tipo de sociedad del que disponemos en un país como España, podríamos decir que hay modelos de negocio que pueden funcionar de una manera realmente interesante. Un ejemplo de ello es el de las residencias de ancianos, que han crecido en cuanto a número teniendo en cuenta el envejecimiento de la población española. Otro ejemplo lo podemos encontrar en las ópticas, que han visto reflotado su sector debido a los problemas visuales derivados de pasar tantas horas delante de una pantalla, situación que afecta a millones de personas en España. Y otro ejemplo es del que os vamos a hablar hasta el final de este artículo y que no es otro que los negocios especializados en la provisión de repuestos, mantenimiento y rectificados de vehículos.
¿Qué por qué creemos que debería funcionar un negocio como el último al que hemos hecho referencia? Es bastante simple: el portal web autopista.es nos indica que los coches en este país son cada vez más viejos. Y es cierto. En el año 2008, la edad media de los mismos era de 8’3 años, mientras que este año esa cifra ya ha aumentado por encima de los 14 años. La diferencia es sideral y, claro, invita a pensar que esos vehículos van a necesitar diversas operaciones y productos dedicados a su mantenimiento.
Además, solamente por el número de vehículos de los que disponemos en este país ya podemos entrever que es interesante montar un negocio como del que estamos hablando. Según el portal web Motor 16, el año pasado el número de vehículos creció en un 0’95% con respecto al año 2021 para sumar un total de 32’9 millones de vehículos. Ni que decir tiene que se trata de una cifra más que interesante para conseguir beneficios de un negocio como del que estamos hablando.
Son muchos años consecutivos de crecimientos tanto en el número de vehículos que existen en España como en la edad media de los mismos. Eso ha ido ligado de un aumento en el número de empresas que proporcionan repuestos y servicios ligados al mantenimiento de estos vehículos y al crecimiento en la facturación de las mismas, una situación que se ha cumplido en el caso que atañe a Mínguez. En la actualidad, una actividad como de la que estamos hablando es de las más rentables y de las que dispone de mejores vistas de futuro.
Con la seguridad no se juega
Cuando se conduce, lo principal es que nos sintamos seguros y que realmente lo estemos. Es evidente que los coches más modernos son más seguros porque han sido confeccionados con tecnologías cada vez mejores, pero los españoles y las españolas no queremos desprendernos de un vehículo hasta que realmente veamos que no da para más porque es caro adquirir uno nuevo. Eso es lo que está haciendo que crezca la edad media de los vehículos y que la gente haya apostado por invertir en repuestos de motores, rectificados o demás piezas o productos de mantenimiento de sus vehículos.
Hay que admitir que la obsolescencia es un factor que debemos tener en cuenta y que juega un papel importante en lo que tiene que ver con el día a día de un vehículo. Durante los primeros años de vida del mismo, no debemos preocuparnos tanto por ella, pero es cierto que, cuando se pasa de los diez años de vida, hay que empezar a tener en consideración diversas cuestiones ligadas con esa obsolescencia para que la seguridad del vehículo no se vea amenazada. Ponernos en peligro no debe ser nunca una opción.
La seguridad es un elemento en el que se insiste mucho desde instancias como la Dirección General de Tráfico, pero no nos podemos olvidar de que esa seguridad no sólo depende del cumplimiento de las reglas de tráfico, sino también de las diversas operaciones de mantenimiento que dependen de nosotros y nosotras y que no podemos obviar bajo ningún concepto. La mayoría de gente cumple con ellas y esa es una cuestión que nos da algo de tranquilidad, si bien no nos podemos relajar lo más mínimo con asuntos de este tipo.