El sector del automóvil, estandarte de la globalización

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Una de las ventajas más evidentes que nos está dejando este proceso llamado globalización es que cada día los procesos son más rápidos y se extienden al resto del mundo, haciendo que más y más empresas se estén modernizando tecnológicamente y permitiendo que los clientes puedan acceder de un modo mucho más cercano a productos que antes sólo podían obtener si miraban al mercado exterior. Todos los sectores se han visto afectados por esta situación. Cada uno en el suyo lo ha vivido de un modo u otro.

El sector del automóvil se ha visto, como los demás, afectado por dicha situación. A él le ha afectado la globalización pero también la tecnologización de la sociedad. La primera debido a que los procesos de fabricación de vehículos se han estandarizado en muchas zonas del mundo y la segunda porque han aparecido nuevas máquinas que permiten un trabajo más directo, más rápido y también más seguro. Producir coches y acceder a su compra es algo, en efecto, mucho más fácil hoy que hace varios años.

España tiene una posición privilegiada dentro de este mundo globalizado relativo a la fabricación de vehículos. Según una publicación del portal web Diario Motor, nuestro país es el segundo de Europa que más produce después de Alemania y el séptimo del mundo tan sólo superado por los teutones, Estados Unidos, Japón, China, Corea del Sur y la India, lo que pone de relieve que nuestro país, con más de 2 millones de coches producidos de media al año, es una potencial a nivel global.

La globalización en el sector del automóvil es un proceso que ya está bien instalado. Solo de este modo se explica que la manera de producir vehículos sea la misma en culturas y sociedades que son tan diferentes como Estados Unidos, China o la India. Las empresas de estos países han ido adquiriendo maquinaria muy similar a la que ya utilizaban sus competidores y de este modo han conseguido niveles similares de producción entre todos ellos, haciendo que los costes sean similares y que la calidad de los acabados también sea de lo más parecida.

El tratamiento de la chapa es uno de los motivos que explican el por qué de la rápida globalización del sector del automóvil en países que son tan diferentes entre sí. Según hemos podido saber gracias a los profesionales de una entidad como Tecoi, especialistas en el tratamiento de un material como la chapa, los sistemas de corte por láser han permitido que este tratamiento sea mucho más sencillo y a la larga más barato, lo cual ha hecho que empresas de todos los puntos del planeta apuesten por ello construyendo vehículos que, vengan de donde vengan, son más seguros y fiables.

Disminuir el peso de los coches, una prioridad que también es mundial

Es curioso que las demandas de vehículos en todo el mundo también sigan un patrón común. En la actualidad está más de moda que nunca el querer un coche que sea mucho más ligero y que deje de lado, en parte, a un material como el acero, tan importante siempre para este sector en virtud de la información que se desprende de una página web como la de Auto Ocasión. Disminuir el grosor de los materiales es fundamental para perder peso y es por ello por lo que la chapa es ahora más importante que nunca.

Reducir el grosor también es sinónimo de aumentar la precisión con la que se trabaja y esa es una de las razones por las cuales es cada día más grande el número de países cuyas empresas productoras de vehículos deciden dar un paso al frente y empezar a trabajar con láser. Como decíamos, la precisión de este elemento hace posible que se ahorre mucho dinero a través de hacer de la producción algo mucho más eficiente. Y la eficiencia en un sector en el que se produce tan a destajo (repetirmos, más de 2 millones de vehículos de media al año en España) es clave.

La producción de vehículos es uno de los sectores que mejor se ha entendido con la globalización. Hoy en día es fácil que la producción en España siga sistemas y utilice materias primas parecidas que la producción de un país como Estados Unidos, con el que está claro que no tenemos nada que ver. Por eso, ya podemos adquirir el coche de nuestros sueños sin que lo tengamos que pedir a Alemania, o a Estados Unidos, o a Japón. No hace falta ir más allá de nuestras fronteras. La globalización nos lo ha permitido traer a casa.