Uno de los ritos que más placer proporciona es tomar un buen whisky en una buena copa. Para los españoles siempre han sido casi obligadas las tradicionales cañas después de la jornada laboral, pero cada vez más se opta por combinados con Gin Tonic o el clásico Whisky.
En la actualidad, los bares de tapas y las tabernas compiten con una nueva clase de establecimiento que suelen estar especializados en este servicio y que se encuentran cercanos a las zonas de oficinas, lo que hace que sean una buena alternativa para para un par de horas con los compañeros en un ambiente de mucha mayor distensión.
En estos casos, los locales que prefieren la gente que acostumbra a optar por estos denominados “after work” son los clubes, lounge bar, pubs o las coctelerías.
A nivel personal soy de las que optan siempre por el Whisky, pues realmente es la que más me relaja y así se me olvidan todas las tensiones y sofocos de la actividad diaria. El tomarse unas copas con los compañeros de trabajo ayudan a que además, nos conozcamos entre nosotros mejor, haya más amistad, podamos llevarnos mejor y eso merece mucho la pena.
Particularmente, contamos al lado de mi oficina con un lounge bar que tiene una selección de “escoceses” magnífica, donde además para los más puristas los sirven en unos vasos ideales. Al gustarme tanto, le pregunté al encargado y me dijo que eran de una marca profesional llamada Giona Premium Glass y me apunte el nombre. Realmente se nota cuando los vasos son los indicados y no es algo que abunde tanto, por lo que quería contar con ellos.
Los dueños del lounge me dijeron que el mes siguiente debían hacer un pedido nuevo y que pedirían alguno más por si querían. Ahora cuento con estos vasos en mi hogar y puedo disfrutar cuando me apetece, tanto de las copas como de unos vasos que son duros y transparentes.
El whisky se debe beber en un buen vaso con clase, de cristal que tenga un mínimo de calidad, puesto que lo que hace es mejorar el sabor, conservando su propio aroma y manteniendo la temperatura
Curiosidades interesantes sobre el Whisky y su historia
En el mundo del séptimo arte, el Whisky aparece en multitud de películas, pero especialmente se hizo famoso en los filmes que se localizaban en la famosa época de “la ley seca”, donde apareció el tráfico ilegal por la misma y que multitud de actores de lo mejor el Hollywood dorado actuaron haciendo que la popularidad del mismo incluso aumentase. Gente como Humphrey Bogart, o James Cagney, casi nada ¿no?
Esto también podríamos extenderlo a películas m´s modernas como Lost in Translation, o a series como Mad Men o Breaking Bad.
Una película en la que merece la pena detenerse es “The Angles, que dirigió el famoso Ken Loach y que fue estrenada en 2012. El titúlo “La parte de los ángeles” habla de la parte que pasa a evaporarse en cada barril de Whisky y que según la leyenda son los ángeles los que se llevan esta parte.
Decía el famoso escritor Mark Twain que “Lo que no cura el Whisky no tiene cura” y ciertamente tenía razón. Si bebemos el whisky de forma moderada, no hablamos de emborracharnos, los beneficios son reales, algo que ya conocían los celtas y por eso le dieron el nombre que deriva de la palabra uisge beath y que literalmente su significado es “agua de vida”.
Debemos saber que el Whisky es un antioxidante de lo más potente al cual se le suman sus grandes propiedades anticoagulantes y definfectantes que hacen que beber un trago diario prevenga las enfermedades cerebrovasculares, infartos, reducción del colesterol, efectos positivos en nuestra memoria, colabora en la cura de las heridas e incluso tiene un gran efecto al reducir el estrés.
Como ves, el Whisky tiene todos los aditamentos, para ser de esas bebidas que si la conoces y cultivas la cultura de beberlo tranquilo, es una bebida que te puede dar muchas satisfacciones, tanto si la bebes con tus compañeros como si como en mi caso, te tomas una copa tranquila en tu casa los fines de semana o cuando te apetezca.